sábado, 6 de abril de 2013
El pirata con el parche en el ojo forma parte de la iconografía popular. Los piratas, efectivamente, solían llevar un parche pero no porque fueran tuertos sino que los utilizaban como un arcaico sistema de “visión nocturna” durante las batallas. Cuando los piratas asaltaban un barco el combate se iniciaba en la cubierta pero, eventualmente, continuaba en las tripas del barco. Dado que el ojo humano tarda entre 4 y 6 minutos en adaptarse a un brusco cambio de luz, si el pirata entraba en la parte inferior de la nave estaría vendido frente a los sables rivales. Los piratas experimentados saltaban a la cubierta del barco rival con el parche puesto (o esperaban en la bodega del suyo). Cuando tenían que entrar en la zona umbría se cambiaban el parche de ojo o se destapaban ambos, y empezaban a repartir mandobles, causando estragos en la tripulación rival. La contrapartida del “parche de visión nocturna” era una pérdida de profundidad en el campo de visión, aunque debía de estar sobradamente compensada por la ventaja de la adaptación sol/sombra
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