Este es un tema que me ha resultado llamativo, consiste
en la relación de un producto con la adicción que puede provocar una droga al
ser consumida. Podría explicar por qué algunas personas no pueden resistirse a
estos alimentos pese a saber que son malos para ellos.
Investigadores de neurociencia del comportamiento del
Connecticut College, en Estados Unidos, han demostrado mediante experimentos
con ratas de laboratorio que las famosas galletas Oreo son tan adictivas como
la cocaína. Curiosamente, como los humanos, estos roedores suelen abrir la
galleta y comerse en primer lugar la crema que contiene en el centro.
Se descubrió que la asociación entre la sensación de placer y el consumo de cocaína que establecen las ratas es idéntica a la que se establece en el centro cerebral del placer cuando se consumen galletas Oreo. Lo que es más, el número de neuronas que activaban las galletas era superior al que se encendía con el consumo de cocaína. Se confirma la idea de que las comidas con abundantes grasas y azúcares nos estimulan del mismo modo que una droga y generan una fuerte adicción.
Se descubrió que la asociación entre la sensación de placer y el consumo de cocaína que establecen las ratas es idéntica a la que se establece en el centro cerebral del placer cuando se consumen galletas Oreo. Lo que es más, el número de neuronas que activaban las galletas era superior al que se encendía con el consumo de cocaína. Se confirma la idea de que las comidas con abundantes grasas y azúcares nos estimulan del mismo modo que una droga y generan una fuerte adicción.
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